Hace 80 años, el 7 de diciembre de 1941, Japón atacó la base militar estadounidense de Pearl Harbor. Esa misma semana, cientos de japoneses que vivían en Panamá fueron detenidos y llevados a un campo de internamiento en la Zona del Canal. Uno de ellos fue el comerciante Yoshitaro Amano, quien escribió un diario sobre sus experiencias como prisionero de guerra. Esta es su historia.

Cuando Isabel conoció al que sería su futuro esposo, pensó que era el hombre perfecto. Sin embargo, las primeras señales de alerta de la pesadilla que viviría a su lado no se hicieron esperar mucho. Su historia es el reflejo de lo que viven muchas mujeres que son víctimas de violencia doméstica en el mundo.

A los residentes del distrito histórico de la ciudad de Panamá los están sacando de sus casas. Un grupo de vecinos batalla por una causa que parece perdida: la de evitar que su barrio pierda su patrimonio humano.

Cuando tenía quince años, Soraya quedó embarazada de un adulto que le doblaba la edad. Su historia es una que se ve repetida año tras año, con distintos nombres y rostros en Panamá, uno de los países con las tasas más altas de embarazo adolescente en América Latina. ¿Cuáles son las causas y los costos de este fenómeno social que afecta principalmente a las mujeres más vulnerables de la región?

Hace más de medio siglo, en el pueblo de Pacora en Panamá una antigua figurilla de la Virgen María, conocida como La Cholita, evitó que ocurriera una catástrofe. Y cada 8 de diciembre, el pueblo le agradece por este y otros favores en unas patronales estruendosas.

En septiembre de 1993, al presidente del Congreso General Ngäbe-Buglé lo citaron de emergencia en el vestíbulo de un hotel en la ciudad de Panamá. Lo que le contarían esa madrugada lo llevaría a liderar una protesta internacional en contra de la patentización de las células de una mujer indígena.

Leila tenía 20 años cuando su abuelo desapareció sin despedirse. Y por más que intentó recorrer sus últimos pasos o buscar una respuesta entre los amigos y familiares más cercanos a él, no fue sino hasta que reconoció en sí misma el legado vivo de su abuelo que logró cerrar la herida y perdonarlo.